lunes, 3 de enero de 2011

Me azuzan l@s fans, ergo...

   Tras el aluvión de peticiones ( una, la del Pueyo aburrido y vacacional) no puedo sino atender tales y escribir, mal que ahora tenga más hambre que ganas.

   No, con gusto. Y le agradezco el empujón.

   ¿Que dónde anda el primaveras del Baku ya entrados en el 2011? Pista: en los 100 ms. alrededor del hostel hay como 4 "parrilladas". Eccolá, La Argentina, infierno de vegetarian@s.

   Bolivia atrás ( tiempo tendremos de profundizar en el altiplano y otros planos), llegamos a la etapa argentina. Coño, como el Dakar, que mañana mismo pasa por esta ciudad.

   Ah, que todavía no había dicho el nombre de la ciudad; Salta la linda.

   Un buen lugar, ya lo creo. Clima agradable todo el año. Ell@s dicen que solo está a 1.100 ms. Hay que joderse, eh. Todo es relativo; hasta Einstein es relativo. En España, 1.100 ms. es terrotorio de secadero de jamones; por el frío, digo.

   Pero es cierto que su clima es muy agradable. Y no porque hoy, 3 de enero del año que ya se va corriendo de 2011, uno ( yo aclaratorio) vaya en chanclas, sino porque me han dicho que el año pasado , atención, ¡nevó! ¡Llegaron a estar a 4-5°! Inaudito. Creían morir, cita textual del ciudadano que atiende la oficina de turismo, un lugareño, vamos.

   Por cierto, ya que ha salido ( y pasa) el rally Dakar por estos pagos, no se os antoja, como poco curioso, que este rally ( una tontería, el más importante del mundo), que se llama Paris-Dakar, ni salga por Paris ( va para varios años) ni acabe en Dakar, ni siquiera en África...Cosas veredes.

   La Argentina, al menos esta zona norte ( aclaro para quienes quemaron los libros de geografía en la pira del final de la secundaria), provincias de Jujuy y Salta, está siendo un bálsamo reparador tras Bolivia. Aquí uno ( otra vez yo, aunque esta vez no solo yo) puede comer otras cosas más allá de la barrera del arroz con pollo. ¡Y hasta he visto gente sonreir y abrazarse; un escándalo!

   No quiero ser duro con Bolivia y sus gentes, eh, pero La Argentina, siendo el doble de cara, es mucho más que el doble de "mejor". Sin duda. Ojo, no hablo de la naturaleza, que ese es otro cantar y ya le pondremos letra en otra entrada.

   Sí, aquí, por ej., uno ( yo, otra vez yo, pesadez) puede encontrar un ordenador que vaya más o menos y, oh tempora, oh mores, un poco de silencio para sentarse a escribir sobre su teclado normalizado en cristiano (léase con sus letricas y, además, ordenadicas) y poder acabar sin que suceda cualquier tipo de desastre, tipo que te apaguen sin avisar, qué sé yo.

   Incluso creo que voy a ser capaz de adquirir las viandas necesarias para lanzarme a crear una ¡tortilla de patatas! Eso sí, cuando no haya féminas en derredor, que como todo el mundo sabe y se encargó de categorizar el Gran Pollo-Gallo, es un potentísimo afrodisíaco. Su preparación, aclaro.

   Desde la frontera he pasado por pueblecitos encantadores y con unos cerros de ensueño ( véase; cuando se pueda, que sigo sin cámara, el llamado de los 7 colores); y qué toponimia: Humahuaca, Tilcará, Pumamarca. A mi me resuenan bonito.

   También ha cambiado bastante el paisanaje, el de los lugareños y el de los viajeros. Gentes que ya miran a la cara y turistas jóvenes con carpas ( tiendas de campaña) en legión de a 4 y con sus termos y materas listos para desenfundar.

   Y yo ( ssshhhoo) también voy detectando ciertas mudanzas en comportamiento y ánimo propios; ¡ay, si ya tuviera un buen hagiógrafo! Anteayer me vi comprando un cortavientos ( del otro, el Tsunami de los mil maravedíes, me despojaron los ciudadanos ladrones); digo, un cortavientos azul clarito. Os recuerdo que los dos colores que menos me gustan en ropa son el azul y el marrón. Pues adquirí la prenda azul ( alto ahí, cazadores de gatos de tres patas, que había otro rojo) y tan contento, oye. Y cuando, en la habitación compartida del hostel, lo puse sobre la litera vi, con cierto asombro, que también la mochilita ( también robada, también comprada) era azul clarito. La más económica ( 40 bolivianos; un euro= 9 bolivianos), pero azul.

   Insisto: si ya tuviera un buen hagiógrafo, quizás hablara de la época azul, o así.

   En todo caso, os quiero.